domingo, 10 de marzo de 2013

El Cuento de los Rabipelados


Un rabipelado es un mamífero muy parecido a una rata grande, pero con hocico puntiagudo, ojos brotados y una cola larga, le gusta salir de noche a buscar comida, frutas de los arboles, no es muy amistoso y se queda paralizado con la luz. En mi casa son visitantes diarios, de todos los tamaños, desde de días de nacido, embarazadas, adultos, en fin, toda una gama de animalejos. En temporada en que las matas de mango están cargaditas, no entran mucho, pero cuando no hay frutas disponibles, todas las noches entran uno o dos visitantes, se comen el alimento de mis gatos y hacen desastres en la cocina, mordiendo cambures y plátanos y dejando el reguero. Es casi imposible que no entren porque tengo huequitos estratégicos hacia el jardín para que circulen mis gatos. Hay miles de cuentos de estos rabipelados, pero en especial hay un episodio que me impresiono. Una noche, ya tarde, oigo en la sala un ruido sordo. Alarmada corro a ver que sucede y me encuentro a una rabipelada embarazada, enorme, que ha caído desde la segunda planta, posiblemente perdió el equilibrio debido a su peso, constato que se mueve, me alejo para que pueda escapar y me olvido del asunto. Tres días después, me extraña un olor a podrido, como a ratón muerto. Con mi olfato, cual perro cazador, rastreo este olor hasta el depósito y encuentro a unos ratoncitos muertos, pero no! Hay unos seis rabipeladitos recién nacidos, y más allá a la mama ya en descomposición. Me sentí muy triste con este hallazgo. La mama rabipelada herida por la caída se refugió en el depósito, allí pario y murió con su cría! Muy lamentable. Cada vez que me consigo a un bebe rabipelado lo ayudo a salir al jardín, los adultos se defienden solos. Ya forman parte de mi vida nocturna.

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